¡Saludetes después de muchos meses! Hace ya días que me apetecía publicar una nueva entradilla con avances del proyecto, pero la vida adulta no me lo han permitido hasta ahora. ¿La parte buena? Que durante todo este tiempo he acumulado mucho material para enseñar y puedo dar buenísimas noticias.
Avances en el tomo 2
La primera de las nuevas es que Caelo 2 ya está en camino oficialmente. Tras el final de campaña de la primera entrega y una breve pausa para descansar y refrescar ideas continuamos con nuestra historia. A estas alturas tenemos el capítulo 1 entero a tinta y con el color a medias, lo que significa que durante la semana empezaré a meterle a las sombritas y los detalles por fin. Ha costado un poco volver a pillar el ritmo y avanzar debido a un pequeño bloqueo creativo con los detalles que quedaban por pulir al guion general del tomo, pero parece que lo hemos podido solventar satisfactoriamente y avanzar como los silfes mandan.
Concept arts: Nuevos personajes y sitios
Este tomo empieza fuerte en el tema de nuevos diseños. Durante un tiempo la historia se centrará en Zyarron, su pasado, su familia y su tierra natal. Esto significa que hace falta crear y desarrollar tanto su pueblo Zizar como a su familia y vecinos. Y también al propio Zyarron a distintas edades.
(me muero de amor con Zyarron chiquito)
Aquí un poco la familia de Zyarron. Padre, madre y tres hermanas.
Como pequeño spoiler os puedo contar que en los pueblos de Zestor, donde viven los zigantes, es típico que las cocinas sean comunitarias en vez de una estancia en casa. Son establecimientos parecidos a los restaurantes, donde cada familia va a cocinar lo suyo, y puede o comer allí con el resto del pueblo o llevárselo a casa. Cada negocio tiene sus instalaciones, su menaje y lo más importante y característico: sus mezclas de especias, el verdadero punto fuerte para atraer a la clientela. La familia de Zyarron lleva una de estas cocinas, por eso a él se le da bien cocinar: se ha criado entre brasas y ollas.
Jordan quería un barril gigante en las cocinas de Zalaca, así que tras varias pruebas lo aproveché para que fuese también la chimenea de las brasas y no meramente decorativo. Las referencias que teníamos de pueblecitos del rollo que buscábamos tenían muchos de los tejados de paja, por eso los primeros bocetos fueron así. Pero luego pensamos «viven en las montañas, no hay paja, hay roca. Y adoran el fuego, igual tener tejados altamente inflamables tampoco es buena idea…», y nada, ahora tienen tejas de un mineral parecido a la pizarra y casi que mejor. El señor que aparece es un antiguo portador de Zuambr, el alto silfe del fuego.
También volvemos a Dasmira y la vemos con algo más de calma y detalle que la primera vez. Aparecen nuevos espacios y nueva ropa kava.
Y aunque sea momentáneo y de pasada, se muestra Silas, la primera gran ciudad elduquina que vemos en el cómic y que no tiene nada que ver ni con el pueblito de Edom ni con Dasmira. Es una ciudad grande y bulliciosa, bastante parecida a las de la tierra, pero basada en tecnología sílfica en vez de en la electricidad. Está un poco inspirada en los años 20 y en el estilo steampunk, pero queremos diferenciarla de estas referencias huyendo de los colores más clásicos usados en esta estética, así que aunque tenemos la forma de los edificios y el ambiente general bastante definidos, quiero aprovechar la fase de dar sombritas para hacer pruebas de paleta de color.
Y poco más de momento. Para el capítulo 2 habrá que hacer más diseños, pero la siguiente entrada quiero dedicarla a un repaso de todas las referencias que hay escondidas en el tomo 1, ahora que ya ha salido y la gente se lo está leyendo. Hoy me toca trabajar en la portada, así que si todo va bien mañana podré actualizar la página principal con ella y empezar a sombrear. Os dejo para despedirme una de las páginas de este nuevo capítulo, ya con los tonos planos dados, de Zyarron y Erin llegando a Zizar con Pollo (el pobre echa de menos demasiado a su humana):
(Dato curioso: a los zigantes no les salen canas, se les oscurece o desatura el pelo, se les «apaga el fuego» de la melena con la edad).